lunes, 21 de noviembre de 2011

El autismo y la música

La música ejerce un efecto sanador para el alma y la mente; la música relaja, transporta, “hipnotiza”, alegra, muchas veces estimula, y ayuda de manera positiva al tratamiento del autismo. Despierta la espontaneidad de las personas y modifica en algo el aislamiento.
Dentro del espectro autista, están los considerados SAVANT; que son personas con un don especial y destacan en ciertas actividades, por encima de lo normal, entre estas actividades están los músicos virtuosos; y son quienes se han dedicado a hacer y aprender música, de una manera casi obsesiva. Hay 2 músicos, tipificados como “autistas de alta funcionalidad” y que han destacado en esta línea : Raymond Babbit y Matt Savage, y han sido considertados como mentes privilegiadas.
Los niños, jovenes y adultos con autismo son personas muy sensibles,  y la música es la matemática de sonidos para ellos; los abstrae para hacerlos mejores; los saca de sus tristezas y los hace sentir bien. No será la cura milagrosa, pero contribuirá a estímulos visuales, táctiles, auditívos, etc. 
No todos los niños o adultos con autismo aceptan la proximidad de la música; por eso es importante observar los cambios, reacciones y la decisión por lo general es esperar, no desistir.
Entre los cambios importantes que genera la musicoterapia en pacientes que aceptaron el tratamiento, está lo siguiente :
- La mejora del contacto visual.
- Se vuelve más afectuoso.
- Aumenta el lenguaje (en los que lo tienen).
- Se torna más sociable.
- Disminuyen las estereotipias, entre otras.

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